¿Sabes diferenciar entre Miedo u Obsesión al Contagio por COVID-19? Respóndete las siguientes preguntas para averiguarlo
¿Sientes la necesidad de usar el gel hidroalcohólico cada vez que rozas algo con tus manos?
¿Desinfectas a conciencia todos tus objetos personales al llegar a casa?
¿Te sientes muy nerviosa/o si no lo haces?
¿No puedes dejar de pensar en la posibilidad de contagiarte?
Si las respuestas han sido afirmativas, continúa leyendo.
Si nuestro pensamiento es sencillo y claro, estamos mejor equipados para alcanzar nuestras metas
A. Beck
“Las manos tienen que lavarse de manera minuciosa”, “tenemos que acostumbrarnos a llevar gel hidroalcohólico encima y utilizarlo antes de entrar en los establecimientos”, “hay que ponerse mascarilla para reducir la probabilidad de contagio”, “esta mascarilla protege más que aquella”, “la distancia de seguridad ha de ser de 1 metro y medio”… Todo esto puede cartalogarse como Miedo al Contagio por COVID-19
Te suena, ¿verdad? Son las recomendaciones higiénicas que nos han estado transmitiendo cada día a través de los medios de comunicación y que tenemos que tener en cuenta para evitar o disminuir la probabilidad de contagiarnos del COVID-19.
Si a todo esto le sumamos la información sobre el número de fallecimientos y de contagios diarios, podemos caer fácilmente en esa sensación de miedo y de preocupación. Si estás pasando por un duelo por COVID-19, puedes pasarte por la publicación de Cómo superar un duelo por COVID-19
En una situación como la que nos está tocando vivir, hay que entender que cualquier reacción que sintamos es completamente normal. Son reacciones normales a acontecimientos anormales. No obstante, si nos alarmamos
exageradamente podemos añadirnos un mayor sufrimiento de lo que ya supone todo esto.
Por nuestra cabeza comienzan a pasar gran cantidad de pensamientos a toda velocidad que nos llevan a comportamientos que pueden convertirse en el foco principal de nuestro día a día y que nos causen cierto sinvivir.
Sin embargo, ¿cómo podemos identificar si estos pensamientos y comportamientos se basan únicamente en las recomendaciones sanitarias o si estamos sobrepasando algún límite que nos va a causar un mayor sufrimiento?
Para contestar a esta pregunta, vamos a empezar definiendo lo que se consideraría una obsesión y así poder diferenciarla de lo que son simples hábitos higiénico-sanitarios.
Qué son las obsesiones y las compulsiones
Las obsesiones son pensamientos o imágenes que se repiten una y otra vez en nuestra cabeza, de forma continua y no deseada, los cuales nos causan una elevada sensación de malestar, ansiedad y preocupación en nuestra vida diaria. Por ello, intentamos ignorarlos y evitarlos, o dejarlos fuera de combate mediante comportamientos compulsivos (rituales).
Cuando este tipo de pensamientos y de comportamientos interfieren en tu día a día, afectando a todas o a gran parte de tus áreas vitales (trabajo, estudios, familia, relaciones sociales, estado de ánimo…), es cuando podríamos hablar de una compatibilidad con un trastorno obsesivo-compulsivo.
A continuación, voy a mostrarte un esquema sobre cómo actúa un trastorno obsesivo-compulsivo
Para entendernos mejor, vamos a pasar este ciclo a la situación de pandemia en la que nos encontramos:
Imagínate que llegas a casa después de haber utilizado el transporte público y aparece el pensamiento intrusivo de “si no me limpio adecuadamente y desinfecto absolutamente todo nada más llegar a casa, mi casa dejará de ser un sitio seguro”; “la ropa está sucia, yo estoy sucia, por lo que tengo que limpiarlo todo y lavarme muy bien”; etc.
Comenzamos a sentir cómo aumenta la ansiedad, por lo que iniciamos una cadena de comportamientos compulsivos tales como los siguientes:
- Quitarnos la ropa y el calzado evitando, en todo momento, tener contacto con cualquier superficie y echarla a lavar.
- Lavarnos las manos un número determinado de veces.
- Ducharnos durante un tiempo determinado con el que creamos que ya estamos desinfectados.
Pero resulta que se te ha olvidado comprar algo que necesitas del supermercado y tienes que salir de nuevo a la calle. Al volver a casa, sientes que tienes que repetir todos esos comportamientos porque, de lo contrario, el virus podría permanecer en tu domicilio.
Tras todas estas conductas, nos sentimos aliviados y la ansiedad ha disminuido considerablemente. A este proceso de aprendizaje lo llamaríamos reforzamiento negativo, ya que estamos haciendo estos comportamientos compulsivos para “evitar” posibles amenazas (en este caso, el contagio, así como las emociones tan incómodas que aparecen con los pensamientos intrusivos, pensamientos de Miedo al Contagio por COVID-19).
Creemos que llevando a cabo todos esos rituales, nos mantendremos seguros y que, en caso de no cumplirlos, nos contagiaríamos del virus. Esto lleva al hecho de que, cada vez que surjan dichos pensamientos, el ciclo volverá a repetirse.
En el caso de sentirte identificada/o con la información anterior, consulta a un profesional de la salud mental.
¿Temes que tus hábitos de limpieza y desinfección puedan convertirse en el foco principal de tus pensamientos y, por tanto, de tu vida? Si es así, estas estrategias que verás a continuación son un pequeño resumen de lo que podemos hacer por ti en PsicooMind.
Estrategias que pueden ayudarte a reducir ciertos pensamientos intrusivos
Técnica del tiempo basura. Identifica los pensamientos que más malestar te causan y dedica un espacio de tiempo en el día (ej.: 20 minutos) para preocuparte única y exclusivamente por ellos.
Evita la sobreinformación o “infoxicación”
Proponte un momento del día para ver las noticias en cualquier medio de comunicación que utilices habitualmente y evita hacerlo durante el resto del tiempo.
Planifícate dos o tres días a la semana para hacer actividades que te resulten gratificantes (ej.: manualidades, deportes, lectura…).
Distráete
Ponte una serie o una película en Netflix o en cualquier otra plataforma similar, queda con tus amistades y/o familiares en algún bar de confianza…
Parada de pensamiento
Esta técnica puede ayudarte a controlar esos pensamientos y cómo te hacen sentir. Antes de realizarla, identifica cómo te sientes y verbalízalo. Elege un tipo de señal que interrumpa los pensamientos negativos (ej.: un pellizco, una palmada, decir “basta” o “stop”… lo que te sea más útil). Una vez lo hayas hecho, cambia de actividad para conseguir que la atención se focalice en otra cosa.
Relajación y respiración
Cuando te sientas ansiosa/o, también puedes utilizar alguna estrategia de respiración. Con una mano colocada en el vientre, toma aire profundamente por la nariz y nota como el vientre se alza. Haz una pequeña pausa y suelta el aire por la boca lentamente. Repetir durante 10 minutos.
Si quieres aprender a relajar tus músculos, también puedes echar un ojo a la Relajación Progresiva de Jacobson.
Por último, déjanos preguntarte, ¿ya sabes si tienes Miedo u Obsesión al Contagio por COVID-19?
PD.: Si estás viviendo algo parecido, puedes contárnoslo. Y te ha sido útil o interesante, ¡compártelo en tus redes sociales! Instagram, Facebook, Twitter, LinkedIn
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