¿Tus hijos se pelean constantemente, por cualquier razón? Quédate a leer este post donde te resolveré tu máxima duda “Cómo evitar que mis hijos se peleen”.
En ocasiones, la llegada de un nuevo hermano o hermana a la familia puede ser objeto de celos o envidias. Es por esto que mostramos unas sencillas pautas para evitarlos o gestionarlos de la mejor manera.
Podemos entender los celos como una respuesta afectiva caracterizada por un sentimiento de envidia y resentimiento hacia la persona que se considera que debe estar prestando atención y no se encuentra haciéndolo.
En ocasiones, puede ocurrir que en la familia se encuentren presentes conductas y situaciones que reflejan rivalidad y celos entre los hermanos, alterando y dificultando el clima que se desarrolla en el día a día.
Todo esto deriva en un desgaste emocional en todos los miembros de la familia; tanto en los padres, que pueden sentirse desbordados sin saber qué es lo que pueden hacer para mejorar esta convivencia, como en los propios menores, que no saben cómo evitar que sus hijos se peleen.
¿Cómo afrontar esta situación familiar?
Es importante poder identificar lo que nos encontramos bajo esta respuesta de celos, pues es habitual que los niños muestren miedo a perder el cariño de la figura de apego. Es por ello que puede aparecer un rechazo hacia la persona que interpreta que está siendo un “rival” a la hora de competir por ese cariño.
Todo ello puede afectar al menor en las distintas áreas que forman su vida, pudiendo derivar en problemas de ansiedad, falta de autoestima, disminución de actividades de disfrute, irritabilidad, aislamiento… etc. Del mismo modo, podemos encontrar que pueden aparecer también síntomas somáticos causados por toda esta vivencia de malestar, como tensión muscular, dolor de estómago o de cabeza, cansancio… que pueden ocasionar más problemas en la rutina diaria.
Así pues, es necesario que los padres aprendan algunas estrategias para poder facilitar que haya una buena comunicación familiar.
Estrategias para una buena Comunicación Familiar
- Facilitar el juego con todos los hijos para evitar disputas y conflictos entre ellos.
- Transmitir mensajes positivos y de atención, así como dotar de seguridad a sus hijos.
- Evitar hacer comparaciones entre los hermanos, valorando a cada niño de manera individual, ayudando a fomentar los puntos fuertes de cada uno y haciendo frente a sus puntos débiles.
- Trabajar con los niños identificación, expresión y regulación de sus propias emociones.
- Establecer adecuadas normas y límites claros con los menores que conlleven una mejora del ambiente familiar.
En definitiva, puede resultar necesario acudir a un profesional para abordar toda esta problemática si la situación persiste y no hay una remisión de los síntomas en cuanto a términos de malestar.
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